12/2/13


«¿Y si tú sos vos?» 

Película dedicada a la búsqueda de los hijos de desaparecidos argentinos que fueron violentamente separados de sus padres y que hoy viven en Europa sin conocer su identidad

El largometraje de 58 minutos toma como hilo argumental la historia de Carla Artés, secuestrada junto a su madre, Graciela Artés, cuando apenas tenía 10 meses. Fue rescatada por su abuela en 1985, quien la llevo a Madrid. El documental recoge la vuelta de Carla a Buenos Aires, en 2010, para testificar contra su verdugo, Eduardo Ruffo, en la causa del centro clandestino de torturas Automotores Orletti.

11/2/13


Vos podés ser quien buscamos



Si cumplís 35 años entre marzo y agosto de 2013, si fuiste adoptada/o en 1978, vos podés ser quien buscamos.
Marta Bugnone nació el 22 de abril de 1949 en Gualeguaychú, Entre Ríos. Jorge Ayastuy nació el 23 de junio de 1950 en Vedia, provincia de Buenos Aires. Formaron pareja, en 1974 se casaron y en 1977 tuvieron su primer hijo, Matías. Ambos militaban en el PCML y sus compañeros los llamaban "Cristiano" y "Cristiana". Fueron secuestrados el 6 de diciembre de 1977 en su domicilio en la ciudad de Buenos Aires junto con su hijo de 9 meses, quien luego fue recuperado por su familia. Ambos permanecieron detenidos en los Centros Clandestinos de Detención "Club Atlético" y "El Banco" y aún continúan desaparecidos.


Se tiene conocimiento por diversos testimonios que Marta y Jorge esperaban una hija o un hijo al momento de su detención, que pudo haber nacido entre marzo y agosto de 1978. Un hermano, varios primos, tíos y familiares; junto a sus compañeros y compañeras, amigos y amigas te están buscando.

En el marco de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, el gobierno de Santa Fe acompaña la lucha inclaudicable de Abuelas de Plaza de Mayo en la búsqueda de nietas y nietos apropiados durante la última dictadura cívico militar.



http://www.santafe.gov.ar/index.php/web/content/view/full/149205/%28subtema%29/93806

24/12/12

Las acusaciones por los crímenes de La Perla

Durante las jornadas de diciembre se leyeron las acusaciones a los 44 imputados. Se pasó a cuarto intermedio hasta febrero

 

El primer día de audiencias varios acusados se taparon con libros.El juicio oral por la megacausa La Perla, el principal centro clandestino de detención de Córdoba durante la última dictadura, tuvo la semana que pasó su última audiencia de 2012. Igual que en las cinco jornadas previas, el tribunal continuó con la lectura de la acusación a los 44 imputados, número que lo convierte en el mayor proceso por delitos de lesa humanidad del interior del país, sólo superado por la causa ESMA. La nota de color la aportó el miércoles el ex agente civil de Inteligencia José “Chubi” López al mostrar una foto del ex secretario general de la CGT José Ignacio Rucci, asesinado en 1973. “Usted es imputado. Guárdela porque lo saco con la autoridad”, le advirtió el juez Jaime Díaz Gavier, presidente del tribunal. El proceso pasó a cuarto intermedio hasta el 5 de febrero.
Córdoba va por su quinto juicio oral por delitos de lesa humanidad. Si los primeros se enfocaron en unos pocos hechos puntuales, el actual se distingue por sus enormes dimensiones (declararán 983 testigos), por el debut en el banquillo de algunos iconos del terrorismo de Estado y también porque el condenado Luciano Menéndez afronta por primera vez un juicio por robo de bebés: el hijo de Silvina Parodi y Daniel Orozco, ambos desaparecidos, nació en cautiverio y todavía no conoce su identidad.
Según Será Justicia, el diario de los organismos de derechos humanos cordobeses, en el juicio se acumulan 18 causas judiciales, que incluyen casos de secuestros, tormentos, violaciones, homicidios y robos de criaturas contra 415 víctimas. Los hechos ocurrieron entre 1975, cuando el terror estatal en Córdoba se enmascaraba detrás del “Comando Libertadores de América” y los secuestrados eran trasladados al Departamento de Informaciones (D2) de la policía provincial o al centro clandestino La Ribera, y 1978, cuando se cerró La Perla.
El juicio debió comenzar con 45 acusados. El 3 de diciembre, un día antes de la audiencia inicial, el capitán retirado Aldo Carlos Checchi, ex miembro de la patota de La Perla, se suicidó en el hospital porteño donde estaba internado. “Tan ‘valiente’ a la hora de secuestrar y torturar, tan cobarde a la hora de enfrentar la verdad”, el ex jefe de interrogadores de La Perla “decidió terminar con su vida para no enfrentar un tribunal y dar cuenta de los cientos de crímenes que cometió”, advirtieron entonces Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Abuelas de Plaza de Mayo, la Asociación de Ex Presos Políticos e H.I.J.O.S. Córdoba. Los organismos consideraron “inconcebible” que torturadores y asesinos estén “en condiciones que les permitan seguir atentando contra la vida, sea la propia o de los demás”, y tanto las querellas como el fiscal federal Carlos Gonella reclamaron que se revocaran arrestos domiciliarios y excarcelaciones. El tribunal que integran Díaz Gavier, Julián Falucci y José Quiroga Uriburu, sin embargo, rechazó el pedido. Actualmente son cuatro los imputados excarcelados (léase en libertad, la misma situación procesal de Checchi cuando se suicidó), en tanto otros quince gozan de arresto hogareño.
Si la presencia del ex general Luciano Menéndez no es novedad, en un proceso de justicia cada vez más consolidado, el debut en el banquillo de acusados del capitán Ernesto Guillermo Barreiro, símbolo de la insubordinación militar que hizo tambalear al gobierno de Raúl Alfonsín en 1987, es todo un triunfo de la democracia. Antes del golpe de Estado, El Nabo Barreiro formó parte del “Comando Libertadores de América”, como se denominó la Triple A cordobesa. Después revistó en el Destacamento de Inteligencia 141, el principal órgano del Tercer Cuerpo de Ejército abocado a secuestrar y ejecutar militantes políticos en Córdoba. Líder del alzamiento carapintada en la Semana Santa de 1987, beneficiado con la ley de obediencia debida que conquistó a punta de pistola, Barreiro fue dado de baja del Ejército pero ganó veinte años de impunidad. Se fue del país en 2004, cuando su detención era inminente, y recién en 2007 fue detenido y deportado desde los Estados Unidos.
Otro icono del terrorismo de Estado que recién este año comenzó a ser juzgado es el capitán Héctor Pedro Vergez, ex jefe de los centros La Ribera y La Perla, condenado el viernes a 23 años de prisión por su participación en los secuestros y tormentos de cuatro personas, incluido el ex jefe de inteligencia del PRT-ERP, Javier Coccoz. “Vargas”, su apellido de cobertura ante los secuestrados y del que se ufanaba en tiempos de impunidad, fue uno de los principales miembros del “Comando Libertadores de América” desde fines de 1974. Desde Córdoba fue trasladado al Batallón de Inteligencia 601 en Buenos Aires.
La mayor parte de los acusados en el megajuicio cordobés son ex miembros del Destacamento 141, en particular de la sección tercera o grupo de “operaciones especiales” (OP3). Según un detallado dossier elaborado por la oficina de prensa de la Cámara Federal de Córdoba, del que podría tomar nota el Centro de Información Judicial (CIJ), en el banquillo hay 19 miembros del Ejército, 18 policías, cuatro PCI (Personal Civil de Inteligencia de Ejército), otros dos civiles al servicio del D2, un gendarme del “Comando Libertadores de América” y un oficial de la Fuerza Aérea. 18 de los acusados fueron condenados en juicios anteriores. Poco más de la mitad tiene entre 60 y 70 años, 16 pasaron los 70 abriles y 5 tienen entre 50 y 60. Del universo de víctimas (dos de cada tres son hombres), el 45 por ciento está desaparecido (188), un 15 por ciento fue asesinado (62) en enfrentamientos fraguados, y el 40 por ciento (165) es sobreviviente. De la categorización por ocupaciones surge que el 44 por ciento eran estudiantes y un 29 por ciento eran sindicalistas.
Las audiencias de diciembre estuvieron dedicadas a la lectura de la acusación e incluyeron varias provocaciones de los acusados. El primer día se taparon la cara con libros para evitar ser retratados y reclamaron que el tribunal ordenara retirar flores y fotos de desaparecidos que llevaban sus familiares. Cuando el fiscal general Jorge Auat les recordó que “las flores son un símbolo de paz”, dos de los acusados intentaron interrumpirlo y el juez Díaz Gavier ordenó sacarlos de la sala. Vergez, que seguía la audiencia por videoconferencia desde el penal de Ezeiza, hizo una señal de “cuernos” frente a la cámara. Esta semana fue Chubi López, un PCI que ya fue condenado, quien sacó la foto de Rucci un día después de que la Cámara Federal porteña ordenara profundizar la investigación sobre su asesinato.
El gobernador José de la Sota, ausente en el juicio más importante de la historia de su provincia, no dejó pasar la oportunidad de estigmatizar a las víctimas. “En mi juventud también fui un apasionado y revolucionario, pero seguí los lineamientos de Perón”, dijo desde Buenos Aires, y apuntó a las organizaciones de la época. “Se enamoraron de las armas y de la violencia y llevaron a miles de jóvenes idealistas a la muerte. Sin embargo siguen libres y algunos están en el gobierno o son asesores”, agregó para deleite de Menéndez, Barreiro & Cía.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-210521-2012-12-24.html

15/11/12

Los abusos y las violaciones deberán ser considerados parte de la tortura

La Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, firmó una resolución en la que instruyó a los fiscales a que investiguen los casos de abuso sexual cometidos durante la dictadura cívico-militar. El documento puntualiza las falencias en el tratamiento judicial que reciben este tipo de delitos en las causas por delitos de lesa humanidad y recomienda "medidas proactivas para hacer públicos, enjuiciar y castigar los incidentes de violencia sexual".


En su resolución, la Procuradora dio instrucción para que los fiscales de todo el país tuvieran en cuenta el documento "Consideraciones sobre el juzgamiento de los abusos sexuales cometidos en el marco del terrorismo de Estado", elaborado por la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las causas por violaciones a los derechos humanos cometidas en ese período.
El documento describe las falencias en el tratamiento judicial que reciben los delitos contra la libertad sexual y ofrece distintas pautas de actuación para evitar o morigerar sus efectos perniciosos, en consonancia con las Observaciones Finales que el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer efectuara al Estado argentino durante 2010.
Puntualmente, el Comité recomienda que se adopten "medidas proactivas para hacer públicos, enjuiciar y castigar los incidentes de violencia sexual perpetrados durante la pasada dictadura, en el marco de los juicios por crímenes de lesa humanidad".
La Procuradora destacó que el documento elaborado por la Unidad, a cargo del fiscal Jorge Auat, es "en un todo compatible con las metas y objetivos que persigue el Programa del Ministerio Público Fiscal sobre Políticas de Género", creado el 9 de noviembre pasado con el fin de "difundir, sensibilizar y capacitar sobre las temáticas de género y los derechos de las mujeres".
A partir de la apertura de las causas por crímenes de lesa humanidad tras la anulación de las leyes de impunidad en 2007, el fiscal federal Federico Delgado solicitó al juez Daniel Rafecas que investigue a los represores Julio Simón, Samuel Miara y Juan Carlos Falcón, por abusos sexuales que sufrieron detenidos en centros clandestinos. Esta fue la primera vez desde la revisión penal del terrorismo de Estado, que se pidió que los abusos sexuales y violaciones que sufrieron algunas personas secuestradas sean investigados por la Justicia Federal.
Recién en abril de 2010, el Tribunal Federal de Santa Fe emitió el primer fallo en el país que estableció la violación como delito de lesa humanidad y tan imprescriptible como la tortura, en una causa donde la querellante, Amalia Ricotti, convivió con el secreto de la violencia sexual durante 32 años.

Este fallo fue seguido por otro similar en Mar del Plata, donde la Justicia condenó a prisión perpetua a Gregorio Molina, por homicidio agravado, violaciones reiteradas agravadas, privación ilegítima de la libertad y tormentos agravados en el centro clandestino La Cueva de Mar del Plata. "Los abusos sexuales en La Cueva no constituían hechos aislados, sino que conformaban una práctica habitual que se exteriorizaba a través de diversas conductas que lesionaban el marco de protección a la integridad sexual previsto por el ordenamiento legal", argumentaron los camaristas Mariano Borinsky, Gustavo Hornos, y Juan Carlos Gemignani.
En 2011, un juez procesó a los represores Benjamín Menéndez y Antonio Domingo Bussi por las violaciones sexuales sistemáticas sufridas por una adolescente de 19 años en un centro clandestino de detención.

http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-207894-2012-11-15.html

La Justicia apartó a Menéndez de la megacausa de Tucumán

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán resolvió separar al represor Luciano Benjamín Menéndez y a Enrique Arturo Alais del juicio en el que se juzgan los delitos de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención Arsenal y Jefatura de Policía contra 235 víctimas. Los magistrados consideraron que mantener en el proceso a ambos represores lentificaría el debate oral y motivaría numerosas suspensiones por los problemas de salud alegados por Alais y la superposición de causas en la que es requerido Menéndez.
 
El juicio oral comenzó el lunes pasado, pero el martes debió suspenderse porque se informó que Alais se había caído de la cama en la cárcel de Ezeiza, donde cumple detención, y por lo tanto debía ser internado. Precisamente, el acusado permanece en el Hospital Militar y quedó así impedido de escuchar desde la cárcel por videoconferencia las acusaciones en su contra.
El abogado defensor, Facundo Maggio, alegó que su cliente, de 83 años, sufre demencia senil y no puede entender la gravedad de las acusaciones en su contra. En ese marco, el tribunal resolvió separarlo del grupo de acusados, y planteó el mismo procedimiento sobre Menéndez, pero no por razones de salud sino de agenda. Es que el juicio iniciado en Tucumán se superpone a otros procesos judiciales por crímenes de lesa humanidad que se le siguen en La Rioja y en Córdoba.
Para los magistrados, las audiencias en Tucumán a condición de la presencia de Menéndez lentificarían el debate oral y motivaría numerosas suspensiones. Sin Menéndez ni Alais, en el juicio oral quedan otros 42 acusados, entre ellos civiles -como un sacerdote y un escribano- que habrían participado de los graves delitos investigados en la causa.
Hoy, los jueces Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y el subrogante Juan Carlos Reynaga siguieron escuchando la lectura de los hechos que se ventilarán en el debate, por parte del Ministerio Público.

http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-207832-2012-11-14.html